Por Carlos Mellado G.
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Estamos bombardeados por “publicidad” que no siempre es de la mejor calidad. En diferentes empresas y momentos existe una prostitución de la palabra publicidad que se minimiza por el mal uso y entendimiento que se tiene de ella y que finalmente se muestra frente a los consumidores.

La publicidad es una herramienta muy importante para las marcas, es a través de ella que una marca se presenta ante las personas y trasmite su personalidad, esencia y mensaje. Es a través de la publicidad (en cualquiera de sus formas) que – finalmente – una marca trata de enviar un mensaje que la ayude a construir una relación con las personas. En esta misión una marca no solo depende del área de marketing, publicidad, atención al cliente o desarrollo de producto; en esta misión una marca depende de todas las personas que trabajan en una empresa que son las que, a través de sus actos, reafirman o destruyen la promesa de valor de una marca.

Lamentablemente, como te comenté al inicio de este artículo, no siempre tenemos publicidad de la mejor calidad. Los casos más comunes son los de “publicidad engañosa” que afectan a marcas de cualquier tamaño en cualquier lugar del mundo. Si bien existen casos en los que la intención de la campaña es evidentemente irreal y/o fantasiosa y el espectador es capaz de darse cuenta de ello, existe publicidad en la que algunas empresas hacen uso de las famosas “letras pequeñas” para evitar problemas legales y convertir sus mentiras en “verdades” frente a las personas.

En fin, no solo es cuestión de formas, sino también de fondo.

A continuación comparto 3 casos de este tipo.