Por Carlos Mellado G
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En geología se dice que estudiar la Tierra es estudiar el cambio. A lo largo de miles de millones de años este planeta no ha parado de cambiar. Recuerdo en este punto las propiedades de inclusión de la teoría de conjuntos y, si nuestras vidas cotidianas se desarrollan dentro de la Tierra, eventual e inevitablemente serán alcanzadas por el cambio.

La economía, política, ciencia, tu trabajo y hasta la religión cambian. Es inevitable, algo que no está en nuestras manos poder detener sin, paradójicamente, generar más cambios. Entonces, ¿en qué punto de nuestras vidas en pleno siglo XXI nos empezamos a preparar para desarrollarnos en un entorno de cambio?

Formar una cultura, hábitos y amor hacia el cambio es difícil, no se hace ni logra asistiendo a talleres ni seminarios en el instituto o la universidad, mucho menos en webinars o cursos online. La tarea empieza en los niños y el sistema educativo. La labor de diferentes profesionales es necesaria y, el profesional de marketing aporta lo siguiente:

1. Ante cualquier idea busca investigar algo antes que actuar solo por una corazonada. No actuaremos solo por el amor a una idea, sino por lo que muestran los datos.
2. Tiene una visión de análisis de negocios diferente a la de otros profesionales. Es capaz de evaluar el panorama de una manera distinta que suma valor a cualquier proyecto.
3. En muchos casos, nuestra habilidad de comunicación de ideas es mejor y podemos aprovecharla para exponer y defender mejor nuestras propuestas o definir los lineamientos de una campaña publicitaria.
4. Implementación y seguimiento con base a indicadores de gestión que permitan tener una lectura real del comportamiento de un proyecto. No nos sentiremos cómodos “caminando a ciegas” sin datos que nos indiquen si vamos por buen o mal camino.
5. Implementado un proyecto sabemos que debemos escuchar a los clientes o usuarios y que si eso sugiere un cambio no tendremos problemas en asumirlo por un apego emocional a la idea original.

Es importante para ti y para mí, seamos o no profesionales en marketing, reconocer el cambio y el impacto que pueden tener nuestras acciones sobre éste y sobre las personas a las que podemos ayudar. No importa el lugar, sino el aporte que hagamos que, siendo poco o mucho, constante o esporádico, ayuda a que podamos navegar mejor sobre la ola cambios.

Como para la tierra, el cambio es algo inherente para nosotros y ser motivadores de éste es, más que una labor, una responsabilidad.